Fecha: 30/08/2021
Las unidades de distribución energética, más conocidas por sus siglas PDUs, son dispositivos que distribuyen la energía eléctrica en una instalación de TI, especialmente diseñados para su uso en racks. Gracias a ellos, se pueden conectar varios equipos a la corriente cuando las tomas son limitadas o es necesaria la colocación de un SAI para garantizar el abastecimiento eléctrico, como puede ocurrir en los centros de datos u otro tipo de infraestructuras críticas.
Cómo elegir la PDU más adecuada
En la actualidad, sus múltiples funciones y versatilidad han convertido a las PDUs en un elemento indispensable en las instalaciones modernas y, como tal, hay una serie de requisitos que deben cumplir para ser realmente efectivas, nos explican desde la empresa EATON:
- Incremento de la fiabilidad. La retención de tomas integradas en las PDUs modernas evita la desconexión accidental de los enchufes, mejorando la fiabilidad de las instalaciones de TI. Además, se puede añadir una doble seguridad con el uso de unos cables específicos que también incorporan un sistema de fijación.
- Ahorro de espacio e instalación y mantenimiento simplificados. Las PDUs actuales deben contar con un factor de forma de bajo perfil y venir de serie con capacidad para la elección de posiciones de montaje, que sus componentes sean reemplazables en caliente y con codificación de colores para una instalación y mantenimiento más sencillos y efectivos.
- Monitorización del uso de la energía. Las necesidades de cada toma y dispositivo son intrínsecas a cada uno, por lo que las unidades de distribución de energía deben monitorizar el uso de energía a nivel individual. De esta manera, se puede controlar y atribuir costes con +/- 1% de precisión del grado de facturación.
- Control remoto. Las PDUs deben poder hacer un apagado y reinicio de cargas de forma remota para maximizar el tiempo de ejecución de cargas críticas en cortes de energía.
- Reducción de costes de refrigeración. Refrigerar las instalaciones TI implica un elevado coste, puesto que suelen ser salas de grandes dimensiones que necesitan estar a una baja temperatura de forma estable. Una buena PDU moderna debe poder operar hasta los 60ºC para ayudar en la reducción de estos costes.
- Recopilación y monitorización de datos ambientales. La PDU debe contener un sensor ambiental de temperatura y humedad con el que se puedan configurar alarmas. Todos estos datos han de recopilarse y ser accesibles para los equipos de mantenimiento de las instalaciones, ya que influyen en el funcionamiento de los dispositivos y en las necesidades de distribución energética.
- Integración en plataformas de virtualización. Atrás ha quedado que el personal tenga que acudir físicamente hasta el dispositivo para gestionarlo, especialmente con la irrupción de la pandemia. Las PDUs deben poderse supervisar y gestionar a través de paneles de virtualización. Esto permite iniciar una migración automática de máquinas virtuales en alertas de PDU y mejorar su funcionamiento.
- Información en tiempo real del estado del sistema. Las PDUs modernas han de contar con un display integrado que les ayude a obtener información clave e inmediata del estado del sistema para detectar y corregir fallos rápidamente, evitando pérdidas por inactividad.
- Reducción del tiempo de gestión del sistema de energía. El tiempo es oro, y estos aparatos deben facilitar la labor para aprovechar al máximo el trabajo de los equipos. Lo ideal es que tengan la posibilidad de realizar configuraciones y actualizaciones automáticas masivas.
- Ahorro de gastos en componentes de red. Que las PDUs tengan la posibilidad de conectarse en cadena entre sí desde un único puerto y dirección IP no solo facilita la instalación y el mantenimiento posterior, sino que supone un ahorro considerable en componentes de red.