Fecha: 05/07/2022.
El mes de junio supuso el fin del periodo lectivo en nuestro país, y este año, en cuanto a las medidas de ventilación y climatización en los colegios, hemos vuelto a suspender. La temperatura, la humedad y la contaminación de las aulas es un problema aún sin resolver en la mayoría de los centros educativos de España.
Durante la primera vuelta a las escuelas tras el inicio de la pandemia, en septiembre de 2020, el Ministerio de Sanidad español declaró la ventilación natural como opción preferente para hacer frente a la pandemia. El objetivo era renovar constantemente el aire en el interior de los edificios, sustituyendo el aire contaminado por aire fresco del interior. Pero ¿a qué costa?
En aquel momento se obvió que, sobre todo en los grandes núcleos de población urbanos, el aire exterior puede estar igual o más contaminado que el presente en ambientes interiores. El contacto diario con estos contaminantes puede provocar severas afecciones respiratorias, cefaleas e, incluso, mermar el desarrollo pulmonar y cognitivo de los niños. Además de estos problemas, la apertura de ventanas con el objetivo de ventilar tuvo un impacto muy severo en la eficiencia energética de los edificios y en el confort térmico de los niños y profesores.
Las imágenes de millones de niños y niñas tiritando mientras asistían a sus clases todavía hoy permanecen en nuestra memoria. Muchos pensamos que este sería el inicio de una nueva era, en la que los edificios escolares estarían más preparados para afrontar las inclemencias climáticas y asegurar el confort y la salud de nuestros hijos.
En el año 2022, con la pandemia más controlada, ha sido una ola de calor la que ha puesto en jaque a la comunidad escolar. Muchos colegios se han visto obligados a tener que atender a alumnos con lipotimias y golpes de calor. Algunos, incluso, han tenido que acortar su horario lectivo por la imposibilidad de continuar con las clases debido a las altas temperaturas.
Los colegios son, desde el punto de vista de la climatización y la ventilación, escenarios complicados. Son espacios con una concentración elevada de personas, en muchas ocasiones con una actividad metabólica media o alta. Esto significa que estos espacios interiores suelen tener un elevado calor latente, inherente a las condiciones ambientales. En otras palabras, los colegios son un foco de calor por si mismos. Si a esto le sumamos una ola de calor como la que sufrimos en nuestro país hace unas semanas, las necesidades de ventilación y climatización se disparan.
El bienestar de los alumnos en el interior de los colegios dependerá, por tanto, de conseguir un ambiente confortable, controlando parámetros como la temperatura, la humedad, el ruido o la calidad del aire interior. Las soluciones técnicas a todas estas demandas pueden ser muy variadas, pero todas deben pasar por el cumplimiento de estos requisitos. Además, resulta de vital importancia compensar el calor latente presente en las aulas y aprovecharlo en nuestro beneficio, recuperando energía mediante el uso de recuperadores entálpicos.
Una de las opciones que mejores resultados puede ofrecer es el diseño de los denominados sistemas por zonas, utilizando las denominadas Unidades de tratamiento del Aire o UTAS. Estos equipos permiten dar una solución completa de tratamiento del aire y climatización para determinadas zonas de un edificio, agrupadas por proximidad y características comunes.
DECACLIMA, empresa perteneciente al grupo SODECA, cuenta con una amplia gama de soluciones de climatización eficientes y adaptables a todo tipo de espacios. La gama de UTAS compactas permite satisfacer las necesidades de ventilación y climatización de edificios como los centros educativos. Además, poseen una gran versatilidad de diseño, que permite su instalación en espacios reducidos, en posición vertical, horizontal y en cubierta.