Fecha: 24/07/2018.
En los últimos meses ha aumentado la demanda por parte de los clientes de luminarias con Clase II de módulos LED y con regulación DALI, algo que desde el departamento técnico de Airfal desaconsejan por la escasez de garantías de su correcto funcionamiento.
Para comprender mejor el porqué de esta premisa, es importante conocer qué es una luminaria Clase II.
Las luminarias de Clase II se caracterizan por aportar medidas de seguridad complementarias tales como el doble aislamiento o aislamiento reforzado. Este tipo de aislamiento se destina principalmente para aquellos aparatos eléctricos de uso manual, en los que es necesario aplicar un aislamiento extra ya que son utilizados por el ser humano directamente en muchas actividades cotidianas.
Gracias a este doble refuerzo, en la instalación de aquellas luminarias con Aislamiento Clase II no es necesario la utilización de una toma a tierra y no dependen de las condiciones del espacio, lo que supone un importante ahorro de tiempo y, sobre todo, de dinero en la instalación.
Si bien es cierto, que para algunos aparatos eléctricos e instalaciones es recomendable la utilización del Aislamiento Clase II, como pueden ser por ejemplo la iluminación en los interiores de una piscina. Sin embargo, la utilización de Clase II se desaconseja en el caso de instalaciones de luminarias con módulos LED y regulación DALI.
La eliminación de la toma a tierra de la instalación puede ocasionar distintos problemas de funcionamiento a nivel electrónico y ello implica varios inconvenientes por los cuales desde Airfal desaconseja esta práctica.
En el caso de las luminarias con módulos LED, con la supresión de la toma de tierra, no se puede garantizar la reducción de Interferencias Electromagnéticas (EMI), por lo que no es posible cumplir con los requerimientos normativos al respecto. Por otro lado, la toma de tierra garantiza en las luminarias LED que el fenómeno de “LED GLOWING” o luces fantasmas no se produzca. Este fenómeno surge cuando la luminaria con módulos LED sigue emitiendo una luz residual cuando está apagada o en stand-by. En el caso de las luminarias con Clase II, es imposible garantizar que no vaya a haber “LED GLOWING”.
Por otro lado, en el caso de existir en la red de alimentación transitorios o picos de tensión/intensidad, la presencia de toma de tierra hace que los filtros de los drivers LED actúen reduciendo o eliminando estos. Sin la presencia de toma de tierra (Clase II), cualquier transitorio pasará el driver llegando a los LED, pudiendo acortar mucho su vida o incluso destruyéndolos.
Vemos en este gráfico una explicación sencilla, siendo la parte izquierda sin toma de tierra, y la derecha con toma de tierra:
En la parte derecha con toma de tierra el transitorio llega mucho más amortiguado que en la izquierda sin toma de tierra.
En el caso de la Clase II en luminarias DALI, es preciso explicar que los drivers DALI, son equipos muy sofisticados, controlados por un pequeño ordenador interno. El control y regulación de los LED se realiza bajo supervisión de un software integrado en el microprocesador del driver.
Para el correcto funcionamiento de estos equipos, el ordenador que incorpora precisa “medir” el potencial de referencia 0. Sin toma de tierra, la medición puede resultar imprecisa, y la regulación fallar o tener efectos aleatorios no controlados (Diferencias de intensidad entre luminarias, fallos de sincronismo…). Podemos encontrarnos casos de funcionamiento correcto para después de un tiempo aparecer problemas de regulación.
Además de esto, la norma que regula una instalación DALI (IEC 62386), especifica de forma concreta la necesidad de disponer de toma de tierra para proteger los circuitos de control y los drivers, como se aprecia en las siguientes figuras:
Tal y como se reza al comienzo del artículo, la falta de garantías de una iluminación de calidad y sin interrupciones, es el motivo principal por el que se desaconseja la instalación de Clase II, LED y regulación DALI.